La batalla de los Países Bajos formó parte de las batallas libradas durante la batalla de Francia en los inicios de la Segunda Guerra Mundial. La misma empezó el 10 de mayo de 1940 y terminó una semana después, con la rendición del gobierno neerlandés ante la Alemania Nazi. Si bien gran parte del ejército de los Países Bajos estaba intacto en el momento de la rendición, la destrucción de Róterdam por bombarderos alemanes forzó la prematura capitulación, con la condición de evitar que otras ciudades neerlandesas sufrieran el mismo destino.