Después de la muerte de Alejandro Magno, sus generales se repartieron el imperio, siendo protagonistas durante veinte años de grandes luchas y peleas por obtener el poder. Fueron los llamados diádocos
, (διαδοχοs) o sucesores o herederos.
Lisímaco fue uno de estos generales, que llegó a ser rey de
Tracia (región de la Antigüedad que se extendía entre el
mar Negro al este y
Macedonia al oeste) durante 20 años. Al igual que todos ellos, pasó los años peleando y aliándose con unos o con otros. En el año 301 adC se alió con
Casandro de Macedonia y
Seleuco I Nikátor (de Babilonia) en contra del general
Antígono Monoftalmos a quien vencieron en la batalla de Ipso. En el 288 adC invadió
Macedonia y aliándose con
Pirro de Epiro tomó prisionero a
Demetrio a quien expulsó después. Demetrio se refugió entonces con Seleuco I Nikator, que ya era rey de Babilonia y Siria.