La Iglesia Adventista del Séptimo Día es una denominación cristiana protestante,[5][6] distinguida por su observancia del sábado[a] como día de reposo y por su convicción de que la segunda venida de Jesucristo es inminente.[8][9] La iglesia surgió del movimiento millerita en Estados Unidos a mediados del siglo XIX d. C., y fue establecida formalmente en 1863.[10] Está presente en 213 países y territorios,[b] y cuenta con más de 21 millones de miembros.[1]
Gran parte de la teología adventista corresponde a enseñanzas protestantes comunes, como la autoridad suprema de la Biblia, la Deidad, y la salvación por medio de la fe en Jesucristo. Sin embargo, presentan importantes creencias distintivas, como la observancia del sábado como día de reposo, la doctrina del juicio investigador, y la manifestación del don de profecía en el ministerio de Ellen G. White.[12] El trabajo misionero es muy importante para la iglesia, y sus miembros consideran que tienen el deber de compartir sus creencias con los demás.[10]
La denominación se caracteriza por su énfasis en el desarrollo de un estilo de vida saludable, promoviendo activamente el ejercicio físico,las comidas saludables y la abstinencia del alcohol, el tabaco y otras sustancias recreativas.[9][12] Además, promueven la educación cristiana, la protección de la libertad religiosa, y los principios éticos conservadores.[13]
La Iglesia Adventista es administrada en cuatro niveles de organización, que comprenden desde la iglesia local hasta la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, que dirige la denominación a nivel mundial. Los administradores de cada nivel son elegidos mediante un sistema de democracia representativa.[14] La iglesia administra numerosas escuelas, universidades, hospitales, clínicas, y casas editoriales en todo el mundo, así como una organización humanitaria, la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales.[14][15]